Juliana Dolinsky. Fotografía digital. 2010
Fernando Guevara. Platicola de color. 2010
“En el ámbito de la cultura
el nuevo totalitarismo se manifiesta precisamente en un pluralismo armonizante
donde las obras y verdades más contradictorias coexisten pacíficamente en la
mutua indiferencia, es una ilusión de la libertad.” (Horkheimer en “Manual de las
teorías políticas”.)
Para el pensamiento y las
prácticas políticas tradicionales, la integración es concebida como un todo
homogéneo que tiende a perpetuar el orden vigente, llevando inevitablemente a
la alienación del hombre. De esta manera conceptualizan el término como objeto
de una realidad estática. Olvidan la acción, que configura una concepción
dialéctica con la realidad; como integración de la diferencia para la
construcción de algo nuevo, en cambio permanente, es transformadora y casi infinita.
Cómo preparar knishes:
Juliana Dolinsky utiliza una
receta de la cocina típica judía, que recupera de su tradición familiar. Hace
hincapié en el proceso y en la acción desde el momento en que recibe una carta
de su tía con la receta de las knishes que comía cuando era niña. Una vez
recibida la carta procede a preparlos, utilizando la fotografía digital como
medio de registro de la acción, acentuando el procedimiento. Estas imágenes
digitales son trasladadas hacia dibujos a lápiz. Un proceso que nos recuerda a
los vínculos entre imagen digital y la historia de la pintura (bodegones, por
ejemplo). Acentuando la frontera entre el hogar y lo foráneo, entre tradición y
originalidad, entre arte y vida cotidiana, pasado y presente, culturas y
naciones.
La obra de Fernando Guevara se integra a la de
Dolinsky, se escapa, avanza, se conecta; más que dialogar pasivamente, acciona,
se integra de manera literal.
En este caso el proceso
también cumple un papel fundamental en su obra, realizada con plasticota y
pigmentos. Utiliza el “drip” como técnica, método inmediato y directo, sin la
mediación de los instrumentos tradicionales, donde el procedimiento adquiere
importancia radical. La materia pictórica se desplaza, sale del marco que la
pudiera contener y se integra en el espacio ambiente. Una desintegración de la
pintura. Un movimiento liberador del pigmento que se apoya también en los
opuestos tradición/originalidad, hogar/foráneo…Reduciendo el resultado de su
actividad plástica al grado cero de la materialidad.
Catalógo curatorial
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