50 zapatos de yeso. (2013)
La espalda de tu casa. (2016)
Encestados. (2016)
Instalación en aro de básquet del Centro cultural israelita
En sus Ensayos sobre el posmodernismo, Fredric Jameson contrapone los
“Zapatos campesinos de Van Gogh con los “Zapatos de polvo de diamante” de
Warhol. El primero, es una obra cumbre del modernismo en las artes visuales, que
Jameson interpreta indagando la “materia prima” que la obra reelabora o
transforma: el mundo de la miseria del campo y la extremada pobreza rural,
retomando la lectura de Heidegger según la cual los zapatos campesinos recrean
a su alrededor el mundo no presente de objetos que solía ser su contexto vital:
la tierra, la cosecha, la desolación del campo, etc.
Según Jameson “Zapatos de polvo de diamante” es mucho menos
interpeladora y se presenta más claramente como fetiche, que al funcionar como
“objeto muerto” anula el gesto hermenéutico que sí permite la obra de Van Gogh:
no se le puede proporcionar a ese fragmento un contexto visual más vasto (de
salón de fiesta, el mundo de la moda, etc). La preocupación de Jameson por el
posmodernismo y el modernismo tiene su eje en la pregunta sobre la posibilidad
de un arte crítico o político en el período posmoderno del capitalismo tardío,
y en este marco analiza la falta de potencialidad crítica de la obra de Warhol,
interpretando políticamente las características formales de cada obra. El mundo
utópico de Van Gogh en el que el mundo de muerte rural es transformado por la
estridencia de color sufre una inversión en la obra de Warhol en la que la
bidimensionalidad y la superficialidad (falta de profundidad de la imagen) son
la regla. La obra de Jualiana Dolinsky establece una dialéctica sin solución
entre el modernismo y el posmodernismo, entre Van Gogh y Warhol. Es una serie
de zapatos de yeso de distintos colores en las que se puede leer la frase “el
trabajo dignifica”. Esta frase es clave porque coloca al objeto en la dimensión
política e histórica insoslayable; el zapato se vincula al mundo del trabajo y
a los discursos vinculados a él, que en Argentina nos remite al peronismo. Pero
además, las obras se insertan en una estética posmoderna al ser un objeto
cercano a lo kitsch, al adorno. Esta dialéctica que se establece en la obra
entre las dos dimensiones no tiene síntesis, no hay una solución conciliadora
entre lo que como espectadores visualizamos como reminiscencias sociopolíticas
y el efecto que al mismo tiempo produce la dimensión kitsch, cercana al juguete
y por esto al mundo infantil. Tal vez, esta dialéctica a-sintética sea producto
de la yuxtaposición entre los zapatos de yeso y la leyenda sobre el carácter
dignificador del trabajo, montaje que suscita interrogantes sobre los vínculos
entre la estética posmoderna y la moderna y sus relaciones con la crítica
social.